miércoles, 3 de febrero de 2010

No deja de llover


No deja de llover. Ya son más de tres días de lluvia pertinaz. Por fortuna es una lluvia rítmica, monótona, casi silente; sin rayos y sin viento. Los días transcurren sin sol, sin gente en las calles, casi sin actividad. Hace un frío terrible. Mis manos y mis pies están helados. Me duele la espalda. Por las calles corre el agua, agua abundante.

Curiosamente, no hay niños jugando con sus barcos de papel. Hacía muchos años que no se veía esto por acá. No estamos acostumbrados a que esto suceda. Mi madre me dice que así es la vida en Oregon durante seis o siete meses del año. Mucha gente de ese Estado norteamericano padece depresión crónica por vivir inmersa en días grises, fríos y lluviosos.

Este acontecimiento me hizo recordar el Fenómeno del Niño. Sandy tenía 5 años entonces. Estuvo lloviendo día y noche, muchos días, muchos… Al igual que hoy, en aquella ocasión hizo frío pero acompañado de ráfagas de viento; cayeron árboles, las carreteras quedaron destruidas y se paralizó casi todo el quehacer de nuestro pueblo.

Estuve en Guachinango el sábado y el domingo. Allá también llovió. La fiesta del pueblo me pareció diferente en esta ocasión: menos gente, menos dinero, menos música. Subí a La Catarina a ver mi pueblo desde la distancia. Mi corazón latió fuertemente cuando despertaron los recuerdos. ¡Qué olor tan agradable se respira allá arriba¡ ¡Qué dicha tener una montaña pegadita a nuestras casas¡

Ayer empecé a dar clases de Filosofía III con los muchachos de la prepa de Atengo. Les presenté el programa y les dejé de tarea un ensayo sobre La Eutanasia en el Enfermo Terminal. Mañana entregarán su trabajo. A ver cómo piensan y afrontan esta problemática de la Bioética, tema central y muy comentado en la actualidad.

No puedo dejar de pensar en la violencia que vivimos en todo el país. Hubo una masacre de casi veinte jovencitos hace apenas cuatro días en Ciudad Juárez. La guerra del gobierno contra el narco no conducirá a nada. Jamás. Está visto. Mueren cada día muchos inocentes, y seguirán muriendo. La solución está en la educación, en los libros, en los valores familiares, en el empleo bien remunerado. Por desgracia, el presupuesto para la educación y la investigación en México bajó rotundamente. El futuro de un pueblo ignorante será siempre la anarquía, la violencia, el hambre, la injusticia y el dolor.

Y este frío que no se quita…

3 comentarios:

  1. La lluvia siempre sera una bendicion, pero en ocaciones, si mientras la vemos caer no existe calor humano, nos trasmite cierta tristeza interior. Yo he vivido en lugares donde neva, Iowa, E. U. y no deseo por ningun motivo volver a vivir en lugares como ese.
    A parte de sentirse cautivo por el acontecimiento de la nieve, existe un peligro eminente, si existe la osadia de salir a la calle. Se tiene que salir con todo el equipo necesario para que en un percance no suceda nada fatal.
    Dios bendiga a la gente que vive en esas condiciones de vida.!
    Saludos a su familia y ojala que el frio existente haya minorado.
    Ma Lourdes

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  2. Comadrita, sigue haciendo mucho frío. Ha dejado de llover aquí, pero en otras latitudes del país se han desbordado los ríos, se han inundado pueblos enteros, hay anarquía y caos. Muchos han muerto. Por lo pronto parece que ha llegado la calma a nuestro pueblo. Ojalá así sigan las cosas. Un saludo afectuoso para usted, mi compadre y mi ahijado. Los recuerdo mucho.

    Felipe

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  3. Hola Doctor:
    Me encantó conocerte un poco más personalmente, ya te conté la odisea pasada en busca de tu persona por la red y sí... Me doy cuenta que el mundo cada vez se nos hace más pequeñito, para beneplácito de tu servidora. gracias por confiarme ésta ventana a donde asomarme... me deleitaste con éste tema, es casi casi como ver reflejados mis pensamientos, mis ideas y percepciones del mundo mi mundo de la infancia y del actual... Sin querer, me remonté a mi infancia y me llegaron aquellos aromas que tanto amé, aquellos detalles que tanto esperaba día a día... Como dije antes, es un deleite leer tus letras. Me instas a percibir el mundo intentando percibirlo como un niño, para maravillarme día a día de lo que me rodea, gracias, hiciste mi noche.

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