martes, 8 de septiembre de 2009

El IMSS "in perículo mortis"



Agoniza el IMSS. No hay dinero para solventar las más apremiantes necesidades. Faltan medicamentos.Falta todo. La infraestructura envejece y se hace obsoleta. Hay médicos que atienden más de cuarenta pacientes en un turno de ocho horas. La calidad de los servicios de esta institución, otrora de fama internacional, ha caído de manera drástica en los últimos años.

Ahora el gobierno pretende utilizar 18 mil millones de los 147 mil 757.1 millones de pesos disponibles como reserva del propio instituto, dinero que se ha venido integrando desde 1997 con ahorros operativos, financieros, actuariales y de contingencias.


Detrás de este desajuste se encuentra la corrupción.
Los dirigentes sindicales del instituto sólo han visto por sus propios intereses. Los sueldos de los trabajadores del IMSS, sus prestaciones y demás prebendas, son francamente escandalosos.
Las jubilaciones son tema que debe ponerse en el centro de las discusiones, del análisis y de la solución del problema.


Otro detalle importante: los mismos trabajadores se han encargado de desmantelar al instituto. El robo hormiga de instrumental, aparatos y maquinaria es insultante y vergonzoso. Me tocó ver, cuando era yo interno de pregrado en la Clínica 46 de Guadalajara, cómo todos los días, médicos, enfermeras y personal del servicio, llenaban sus maletas con material de curación, suturas, instrumental médico-quirúrgico, textiles, etc. Del Centro Médico de Occidente desaparecían entonces, supongo que ahora también, aparatos de ultrasonido, equipos de Rayos X y toda una variedad de instrumentos carísimos que ni siquiera podría uno imaginarse. ¿Y cómo hacen los que se roban todo este material? Es obvio que todo está bajo control. En muchos hospitales privados circula material médico y medicamentos del IMSS. Las autoridades lo saben, y forman parte de esa mafia que sangra al país. "El que calla, otorga", dice el refrán.


Lo de las guarderías es un caso que ilustra la situación que aqueja al instituto. Son miles de millones los que se reparten entre unos cuantas personas allegadas al poder dizque porque protegen a los niños de las madres que tienen que trabajar para ganarse el pan de cada día.
Y los hechos están ahí.


Los trágicos acontecimients del pasado mes de junio acaecidos en la guardería ABC de Hermosillo destaparon parte de la cloaca; hasta el momento no se ha hecho justicia. Murieron 49 niños, y no ha pasado nada. El instituto agoniza porque sus directivos no han tenido vocación ni voluntad de cambiar las cosas. Este es el país del "no pasa nada".

Dentro de poco tiempo no habrá más atención, porque unos vivales se encargaron de destruir la institución que nació fuerte y con una consigna bien clara: cuidar y fomentar la salud de todos los mexicanos.

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