lunes, 24 de agosto de 2009

Pobre Dr Murray


¡Híjole!

Qué terrible soledad sentimos los médicos cuando algo nos sale mal, y, sobre todo, cuando cometemos errores que conducen a la muerte de nuestros pacientes.

Si es peligroso usar el propofol con pacientes en sala de operaciones, donde tenemos laringoscopio, oxígeno, cánulas, desfibrilador, medicamentos y toda una parafernalia para tratar un paro cardiorrespiratorio, ¿cómo se atrevió el Dr Murray, cardiólogo y médico de cabecera de Michael Jackson, a administrarle dicho medicamento, vía intravenosa, junto con midazolan, lorazepan y diazepan? ¿Por qué lo abandonó para hacer llamadas telefónicas?

¿Qué tan grave era el insomnio de Rey del Pop?

Muchas preguntas quedan en el aire.

Me queda claro que el Dr Murray esta noche no podrá conciliar el sueño. Y siento mucha pena por él y por todos los médicos que "metemos la pata". Me cuento entre ellos.

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