domingo, 18 de octubre de 2009

Fui a Cocula



Acabo de llegar de Cocula. Trasladé a una paciente joven con cuadro de neumonía de la comunidad. Durante el trayecto al Hospital Regional sus signos vitales me anunciaban un desenlace fatal. Su temperatura no bajaba de 40° C, 65 respiraciones por minuto, frecuencia cardíaca de 130, presión arterial de 80/50 y oximetría de 83.


La enfermita padece de esclerodermia desde hace ocho años. La prednisona ha mermado sus defensas, y la enfermedad ha desfigurado su rostro y su cuerpo. Al llegar al hospital, a eso de las 23:00 horas, el médico de guardia nos dio una orden para que fuésemos a una clínica particular a tomarle una radiografía de tórax. Es increíble que en un hospital regional no cuenten con servicio de rayos X en el turno de la noche. Inconcebible.


En la clínica particular no tenían electricidad. Un corto circuito fue la causa de tal contrariedad. Intentaron tomar la placa con el auxilio de la planta de emergencia, pero fue imposible. El aparato de rayos X no respondió. La chica se moría de asfixia.

Regresamos al hospital regional. Decenas de enfermos esperaban su turno: fracturados, policontundidos, asmáticos, parturientas, etc. Es terrible ver el cuadro que dibuja la pobreza. Es ofensivo percibir que en México hay atención médica para pobres y para ricos. Y todo como efecto directo de Don Dinero. Y en estos tiempos de crisis generalizada, las diferencias son más ostensibles y mas dolorosas.


Sucede en el Hospital Regional de Cocula, en el área de Urgencias, lo siguiente:
los enfermos llegan en tropel a la sala de espera; algunos corren con la suerte de encontrar una silla vacía, otros permanecen de pie, horas y horas. La puerta de ingreso al servicio, siempre está cerrada. Los médicos están laborando arduamente, sin descanso, hay que decirlo.


Pero... bien puedes estarte muriendo de un infarto al miocardio, y si la enfermera o el médico de guardia no abren la puerta, aunque grites, patalees o maldigas, nada pasará.


Han sucedido cosas graves por esta circunstancia. Hace falta un persona, una enfermera, un pasante de medicina o un interno de pregrado, que sirva de enlace entre los enfermos de la sala de espera y el servicio de urgencias. Tan sencillo como eso. Es preciso administrar bien el dinero que entra al hospital y poner atención en este asunto tan delicado. Los enfermos, no por el hecho de ser pobres, tienen menos dignidad humana o menos sufrimiento. Hay que recalcar que algunas enfermeras y médicos carecen de vocación de servicio, y más bien parecen sargentos mal pagados. Ni una sonrisa, ni una palabra amable; la gente, nuestra gente tiene miedo hasta de preguntar y opinar. Hay honrosas excepciones, claro está.


Otro detalle que ofende al sentido común es la gran cantidad de basura que abunda por doquier, en dicho nosocomio. Imperdonable, en tratándose de un centro de salud.

-------------------------------------0000OOOOO0000-------------------------------------

Dejé a mi paciente moribunda en situación muy crítca, y me vine triste a casa.


Chabelo (el chofer de la ambulancia) y yo, llegamos a cenar "tacos al pastor" a una taquería que está cerca del hospital. Y, como siempre, ingresamos a un OXXO a prepararnos sendos cafés Andatti que acompañamos con galletas Ricanelas.


Llegué a casa a las 3:00 am., del 18 de octubre. Hoy cumplen años mis hermanos Mario y Gustavo, quienes se encuentran en este momento pescando Bacalao negro, en las Islas Aleutianas, Alaska (Pesca mortal).


Apenas me iba a descansar cuando tocaron a la puerta con vehemencia. Un joven de 24 años fue agredido en las fiestas de Soyatlán del Oro por tres sujetos que se encontraban bajo los efectos de las drogas. Le rompieron el tabique nasal y unas costillas. Bajo anestesia local en aerosol le reduje la fractura septal, le apliqué férula de yeso sobre la nariz, y le vendé su tórax. Hice parte de lesiones, receté sintomáticos y me fui a la cama. Se me espantó el sueño.


Decidí escribir a mis alumnos en mi página de facebook, y realizar este post.

Hace mucho viento. Es un viento ululante que sopla con furia y con mucha energía. Da miedo. El huracán Rick se aproxima a nuestras costas. Se espera que dentro de unas 5 horas llegue a las costas de Colima y de Jalisco. Es ya categoría 5. Algo grave podría suceder.


Hasta la próxima.

4 comentarios:

  1. Hola..!
    Espero esta vez tener suerte.
    Maria Ponce

    ResponderEliminar
  2. Qué emoción encontrar aquí a mi comadre Lulú.
    Qué bueno que dejó sus huellas aquí, de verdad.
    Le mando un fuerte abrazo y todo mi afecto sincero.

    Felipe

    ResponderEliminar
  3. hola Felipe que gusto encontrarte por este medio, la verdad te felicito por tu gran corazon y el amor que le tienes a tu profesion, es un gran orgullo tener paisanos de gran calidad humana como tu. recibe un caluroso abrazo y que Dios nuestro señor te llene de bendiciones.Dora luz Arreola Diaz.

    ResponderEliminar
  4. hahahahaha estoy a punto de irme a hacer mi internado de pregrado al regional de cocula, asco de vida. :(

    ResponderEliminar